Las palabras no sólo son sonidos o símbolos escritos sino que son herramientas que nos permiten comunicarnos con los demás y con nosotros mismos. Nuestros pensamientos están creados por estas palabras que de manera consciente, o no, pasan a formar parte de nuestro día a día. Es por esto por lo que debemos de prestar mucha atención a lo que pensamos pero también a lo que decimos, es decir, a como exteriorizamos nuestro pensamiento para transmitirlo a los demás. Las palabras pueden provocar resultados completamente diferentes dependiendo de su utilización. Se podrían considerar armas de doble filo ya que nos permiten lograr nuestros objetivos pero por el contrario, también pueden destruirlos.
Con el siguiente cuento, vamos a poder entender mejor lo expuesto anteriormente. Además nos va a servir de ejemplo para ilustrar como las palabras pueden provocar unas determinadas reacciones y sensaciones en el interlocutor dependiendo de si su uso es adecuado o no.
“Un día un rey soñó que todos sus dientes se
habían caído y que su dentadura había quedado totalmente desfigurada. Cuando se
despertó mando llamar al hombre más sabio de su corte para que interpretara su
sueño y le explicase el significado. El anciano le contó que cada uno de los
dientes que había perdido en su sueño representaba la muerte de uno de sus
familiares. El rey muy enfadado por lo que acababa de oír y molesto con la
afirmación del sabio, le obligó a salir de palacio y le castigó con sesenta
latigazos.
Como el primer hombre no había resulto sus
dudas, el rey mando llamar a otro sabio.
Cuando
el anciano terminó de escuchar el sueño del rey, éste exclamó con
alegría que su sueño sólo podía interpretarse como una buena señal.
- El sueño significa que vas a sobrevivir a
todos tus parientes.- dijo el sabio
El rey quedó muy satisfecho y con una gran sonrisa le recompensó con sesenta monedas de oro. Cuando el último sabio salió de palacio, el primero muy confundido le dijo que no entendía por que él había sido castigado si el significado de las interpretaciones había sido el mismo. A lo que el anciano que había sido recompensado contestó:
- Todo depende de la manera de decir las cosas. La verdad tiene que contarse siempre, sin embargo, la forma de decirla es lo que marca la diferencia.”
Hemos podido ver como las palabras tienen un papel fundamental en nuestras vidas y como un uso adecuado puede ayudarnos a lograr lo que deseamos con éxito. Las personas, mediante un buen conocimiento de las palabras, podemos ejercer una fuerte influencia sobre los demás y conseguir lo que nos propongamos. Y para terminar, una frase que hace un par de años escuché a mi profesor de lengua: “Un gran comunicador es aquel que tiene la habilidad de utilizar las palabras adecuadas en el momento adecuado”.
Elsa Álvarez
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